Cuando pensamos en el recordatorio del bautizo de nuestra hija recurrimos a la iniciativa de SED porque nos pareció interesante.
A la vez que los invitados se llevaban el recordatorio del bautismo estábamos ayudando a la tarea compartida por muchos de construir un mundo mejor. Son actos sencillos que persiguen un fin alcanzable: el respeto de los derechos y la dignidad de todos los seres humanos.
Además nos parece una forma de transmitir a los demás nuestro ideal de que los niños reciban algo que no sean siempre cosas. En un mundo en el que es fácil pensar que son cosas lo mejor que podemos darles.
Sergio Calleja y Clara Rodriguez