0Los dos somos antiguos alumnos del colegio Maristas de Pamplona, por lo que ya sabíamos de la existencia de la ong SED. El conocer de primera mano el trabajo que se de desarrolla en la organización, nos aportó mucha confianza a la hora de decidir cual era la alternativa que más se ajustaba a nuestras expectativas.
Nuestra relación comenzó durante los años de Universidad, en los que coincidimos como monitores de tiempo libre en un grupo scout. Así que siempre hemos estado relacionados con el voluntariado, y el apoyo a otras personas y culturas.
Teniendo en cuenta el dineral que te puedes gastar en la preparación y realización de una boda en su conjunto, el presupuesto de las tarjetas nos parecía razonable, ya que además te permite un margen libre al donativo que cada uno desee aportar.
Aparte de esto queríamos regalar algo diferente a los típicos detalles de bodas que luego se quedan guardados en los cajones de las casas, en el mejor de los casos. Y aunque con esto pudiera pasar algo similar, nos parecía más coherente destinar algo de dinero a apoyar una causa más justa, antes de gastarlo en una empresa de merchandising.
Al final nos decidimos por coger tarjetas y marcapáginas, ya que teníamos una gran cantidad de parejas entre los invitados, y de esta forma cada uno recibiría algo distinto.
Déjanos confesarte que decoramos las tarjetas de una forma algo peculiar. Aprovechando que Alicia es bastante creativa y le encantan las manualidades, y que la boda se iba a celebrar durante la Navidad, se nos ocurrió adjuntar una bola navideña decorada por nosotros mismos, lo que nos llevó unas cuantas horas de trabajos en casa. Te adjuntamos dos fotos, para que veas el resultado final, con el que la gente quedó encantada. Además, por la cara de la bola que no se muestra, anotamos el nombre de cada invitado a la boda, para personalizar aún más el detalle.
A los novios que estén planteándose una boda, comentarles que hemos notado que el tema de las tarjetas solidarias es bastante novedoso, por lo menos en la zona donde vivimos, ya que muy poca gente tenía conocimiento de este tipo de detalles, y se esperaban los regalos tradicionales. Por lo que animamos a perder el miedo a lo diferente, porque también gusta y mucho.
Con todo el ajetreo que conlleva organizar una boda, se suele buscar lo más espectacular, lo más espléndido y que destaque sobre todo lo demás. Además la emoción y la ilusión de tantos preparativos y los nervios de que todo salga bien, puede ocultar los valores que nos mueven en el día a día. Así que siempre hay que intentar tener presente lo que realmente es importante e imprescindible para cada uno.
En nuestro caso, nos gustaba la idea de que nuestra felicidad de un día tan especial, pudiera ser compartida por esas personas, a las que nuestro pequeño granito de arena sirva para algo tan importante como es la educación.
Ignacio y Alicia
