Como miembros de la familia marista desde hace unos años, y otros tantos que nos quedan por delante, y socios de la ONG SED recibimos puntualmente la información sobre las diferentes labores que se llevan a cabo por este organismo. Cuando nos llegó el correo ofertando sus tarjetas solidarias nosotros estábamos preparando la Primera Comunión de nuestro segundo hijo. Nos pareció de entrada una buena iniciativa para recoger donaciones y una bonita idea para convertir lo que en principio iba a ser un gasto más en la celebración en algo que no sólo fuera original, diferente y productivo sino que además le daría un significado especial a lo que nuestro hijo estaba a punto de hacer. Nos pusimos en contacto con ellos y desde el primer momento, a pesar de que no estábamos en la misma ciudad, ellos en Madrid y nosotros en Sevilla por tanto todo se hizo por correo, todo fue rápido y fácil. Nos mandaron los diferentes bocetos, elegimos los textos y el proyecto al que queríamos destinar nuestra colaboración, recibimos las pruebas en casa y una vez quedó decidido todo, en un plazo record teníamos las tarjetas en casa, sin olvidar hacer una mención especial al trato y colaboración que recibimos de todas las personas implicadas.
El día de su Comunión Jaime repartió orgulloso sus tarjetas consciente de lo que para él y para nosotros significaban, señalando a todo el mundo que tenían que leer los textos del reverso porque no eran unas tarjetas cualquiera y también lo hizo al día siguiente en su cole con los amigos y profesores. Nuestros familiares e invitados se quedaron muy gratamente sorprendidos, a todos les gustaron mucho y hubo quien incluso nos pidió alguna más para sus familias, pero lo más importante es que de todos los regalos que el niño tuvo ese día, uno de los mejores sin duda fue el saber que con su decisión de elegir estas tarjetas había aportado su granito de arena a una buena causa y saber y recordar a los demás que hay muchos niños que no son tan afortunados como él.
Esperamos que cuando a sus hermanos pequeños les llegue el momento de su Primera Comunión podamos repetir la experiencia con ellos.
Yolanda García